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 Un artista colombiano: Fernando Botero (1932-)

Fernando Botero nació el 19 de abril de 1932 en la ciudad de Medellín, Colombia, ciudad donde se forjaría su futura inspiración. Su entrada en la vida artística fue temprana. De hecho, ya a los 17 años fue ilustrador en varios periódicos, publicó un artículo vinculado con la vanguardia pictórica y en 1951, en Bogota, expuso sus primeras acuarelas que le valieron algunos premios, entre otros el premio del Salón de los artistas colombianos.

Después, inició un largo período de viajes a través de Europa con un primer destino: España. En Madrid, emprendió cursos en la famosa Academia de San Fernando, pasó horas en el Prado copiando a los maestros españoles, en Florencia estudió en la Academia de San Marcos y recibió el influjo creador de Giotto, Piero della Francesca, Paolo Ucello etc. De vuelta a su país, no logra tener mucho éxito con sus obras europeas, con lo cual se traslada a México, donde conoce el muralismo. Nutrido por la tradición pictórica europea que logró integrar, con la veta del muralismo de México y con las imágenes y luces de su tierra, Fernando Botero empieza, a mediados de los cincuenta, a dar forma y colores a una obra que se caracteriza principalmente por figuras humanas y objetos hinchados. En la vida artística mexicana, su nombre ocupa un lugar cada vez más importante. Es nombrado catedrático de pintura en la academia de Bogotá, viaja a los EE.UU. donde sus obras no alcanzan el éxito esperado. Sin embargo, a partir de 1961, año de la adquisición de una de sus obras por parte del Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York, su fama crece y su pintura se hace cada vez más viva y colorida. Asi en 1979 el Hirshorn Museum de Washington o las ciudades de Chicago, Nueva York, Madrid organizan retrospectivas de sus obras. En 1970 nace su hijo Pedro que fallecerá en un accidente pocos años más tarde lo que tendrá, por supuesto, consecuencias nefastas en la vida del artista. Los temas de su obra son los personajes históricos, las escenas colombianas, escenas de la vida burguesa,  los toros y también pinturas acerca de la historia del arte con sus cuadros Mona Lisa a los doce años (1959), Rubens con su esposa (1965) o Autorretrato según Velázquez (1986)

También en estos años, toca a otro ámbito de la creación: la escultura. Hasta ahora, las formas redondas de sus sujetos correspondían a un deseo de mostrar personas habitadas por la vida, con mucha ironía que se traduce en la recreación “distanciada” de grandes cuadros de la tradición pictórica. Al elegir la escultura, se adentra cada vez más en la realización material de su búsqueda de espesura vital y des-proporción. Asimismo, esculpe animales y figuras sin proporciones normales, de gran tamaño.

Dibujante, pintor y escultor, comparte su tiempo entre París, Bogota y Nueva York. En París es sobre todo conocido por sus esculturas expuestas en 1992 entre la plaza de la Concorde y los Champs-Elysees.