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Ámbito 3. Un poco de arte

Goya, Sorolla y Zuloaga

A leer. Hisp@cultura responde.

Evocar el siglo XIX con un enfoque artístico nos lleva a mirar hacia 1746, fecha clave en la historia del arte español y europeo: el nacimiento de Francisco de Goya y Lucientes. Sin él, es difícil entender el siglo XIX, sin él, no se puede pensar el arte.

1. Francisco José de Goya y Lucientes (1746-1828) : el padre del arte moderno

Francisco José de Goya nace en un pueblo de Aragón, Fuendetodos, en 1746. Hijo de un dorador, procede de una familia modesta. Pronto se traslada a Zaragoza y posteriormente a Madrid, ciudades donde recibe sus primeras enseñanzas en los talleres de José Luzán y de Francisco Bayeu –portavoz del neoclasicismo. En 1770-71, hace un importante viaje a Italia donde obtiene su primer premio en la Academia de Parma. Este viaje marca el inicio de una vida artística sin equivalente. De hecho, de regreso a España, tiene el privilegio de decorar el techo de la basílica de Nuestra Señora del Pilar en Zaragoza con motivos religiosos y un estilo barroco italiano. Gracias a su matrimonio con la hija de su maestro María Josefa Bayeu, logra introducirse en la Corte y, asimismo, estará a cargo de la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara donde realizará sus cartones y tapices más preciados: La Boda, El Cacharrero, El Quitasol y Merienda a orillas del Manzanares. De 1780 data El Cristo crucificado, su encargo mayor de la época.

  

http://www.almendron.com/arte/pintura/goya/obras_goya/goya_09.htm

En 1786 se le proclama pintor del rey, después de haber realizado, anteriormente, algunos retratos del infante Don Luis y de la muy conocida familia de los Duques de Osuna. Proclamado “Pintor de Cámara” en 1789, bajo el reinado de Carlos IV, Goya ve su fama crecer al retratar a la familia real.

El año 1792 marca un hito en la vida y obra del pintor aragonés porque es el inicio de una enfermedad misteriosa que lo dejará sordo. Esta dolencia introduce un cambio radical en su concepción de la vida y, por consiguiente, del arte. Su genio, su percepción e imaginación de la realidad se agudizan. Es nombrado director de pintura en la Academia de San Fernando y empieza una obra, que se publicará en 1799, titulada Los Caprichos, 80 grabados en los cuales pinta, en un tono satírico, la sociedad de su tiempo dentro de un universo habitado por brujas y otras criaturas fantásticas. En este período de su vida, destaca su faceta de retratista ya que, junto con muchos otros, realiza el retrato de la familia de los duques de Alba y de la familia de Carlos IV. En 1798, se encarga de los frescos de San Antonio de la Florida, en Madrid, en los que se representa al pueblo madrileño frente a un milagro. A lo largo de los años, sus colores oscurecen trágicamente.

Dos cuadros son indisociables de Francisco de Goya: La maja vestida y La maja desnuda. Hemos de medir el alcance y el escándalo que producen, a principios del siglo XIX, estas obras tan controvertidas. Como La Gioconda, la maja es sin duda una de las mujeres más conocidas de la historia del arte. Junto con la Venus de Velázquez, es la única mujer que se encuentra desnuda en la pintura española.

Los acontecimientos políticos y la Guerra de la Independencia constituyen el segundo giro en su trayectoria. Con cuadros tan conocidos como El dos de mayo y Los fusilamientos del tres de mayo esboza su actitud ambigua frente a la revolución y al pensamiento francés. Por un lado, pertenece a los afrancesados, es partidario de las ideas liberales de la Ilustración y del nuevo rey José I. Por otro lado, su obra demuestra un patriotismo exacerbado y una animosidad hacia la guerra y los desencadenamientos monstruosos de la violencia. El cuadro titulado El coloso da testimonio de las proporciones atroces del conflicto. Los desatres de la guerra, grabados muy dramáticos también, son 82 estampas que constituyen un verdadero grito tanto a los españoles como a los franceses, denunciando la sinrazón de la guerra. Violaciones, matanzas o torturas se suceden para subrayar la deshumanidad y dejar entrever el camino que emprenden los hombres  hacia los infiernos.

Después de algunos cuadros sobre la tauromaquía, Cristo en el jardín de olivos, las pinturas de su casa La Quinta del Sordo ponen de relieve unas escenas humorísticas y satíricas de un cromatismo compuesto de blancos, negros y marrones. Constituyen un repaso de su vida y su obra, uniendo su obra en su vida ya que vivía dentro de unos muros producidos por él. Se trata de 14 pinturas de introspección, de liberación de fuerzas y pulsiones que le han movido durante su vida. En 1824 se va a Burdeos donde pasará los últimos años de su vida.  Allí pinta La lechera de Burdeos, Don Juan Bautista Muguiro y su último cuadro Don José Pio de Molina. El impresionismo que se desarrollará más tarde en el siglo XIX ya encuentra en estos cuadros de Goya su primera manifestación; Goya, sordo, muere solo en Burdeos el 6 de abril de 1828.

Para concluir este breve recorrido goyesco, cabe mencionar la influencia considerable que tiene la obra de Francisco de Goya, no sólo en la pintura española sino también en la pintura mundial.

2. Joaquín Sorolla (1863-1923) e Ignacio Zuloaga (1870-1945) : dos miradas sobre España

Después de Goya es difícil encontrar un pintor con genio similar. La pintura adopta varias tendencias: el neoclasicismo, el costumbrismo, el purismo, el romanticismo e impresionismo, el modernismo y el expresionismo. Joaquín Sorolla e Ignacio Zuloaga destacan dentro de las corrientes impresionista y expresionista. Ambos, coetáneos, echan unas miradas totalmente diferentes sobre un mismo período histórico: la España de finales del siglo XIX y principios del siglo XX.

Primero atraído por la pintura histórica y social, el pintor valenciano Joaquín Sorolla sobresale más bien en su maestría de captar la luz, la transparencia y la sombra. Fuera del taller y de los presupuestos académicos, no va a representar el surgimiento de la violencia sino el advenimiento de la luz, el amanecer. Son pues las escenas de playa, de paseos, de divertimiento y de ocio las que habitan sus telas. Una España alejada de cualquier forma de turbulencia política, un país estable cuya única alteración es la intensidad de la luz.

 

http://www.epdlp.com/pintor.php?id=376

De hecho, mediante largos toques de colores vivos logra captar el sol mediterráneo que nace o que se desvanece y abraza los cuerpos desnudos de los bañistas en la arena. Nadie como Sorolla ha conseguido producir la transparencia de las aguas. Por los temas y por su técnica remite al impresionismo; sin embargo, sus colores y el arte de componer con las sombras son características suyas. Hemos de mencionar que se le recuerda sobre todo por sus escenas costumbristas, sus niños, sus playas y ese amor por la naturaleza que le conmueve. Alcanzará cierta fama en los EE.UU. donde expone en la biblioteca de la Hispanic Society un mural de más de 300 metros cuadrados sobre las diferentes regiones de España.

Ahora bien, después de Sorolla, cabe mencionar a otro artista importante del período que nos interesa: Joaquín Zuloaga. Zuloaga nace en la provincia de Vizcaya y se inicia al arte en el taller de su padre damasquinador. Sus primeras experiencias artísticas como copista en el Prado, la herencia del Greco, de Zurbarán y de Goya, los viajes a Italia y a Francia le dan el impulso creador. A lo largo de sus numerosos viajes, entabla contacto con los mayores pintores del siglo XIX: Gauguin, Van Gogh, Toulouse Lautrec, Degas así como, más tarde, con Rainer María Rilke y Rodin. Participa en las exposiciones de París y de Dresde,  y tal como Sorolla expone en la Hispanic Society, además de crear su museo en Zumaia. Su fama internacional es creciente a partir de los años 90.

Si Sorrolla es más bien paisajista y retratista, a Zuloaga se le considera como el máximo representante del costumbrismo español de la época. Desarrolla una visión bastante pesimista de España, con lo cual se aleja de la tradición impresionista para inscribirse en la vertiente del realismo social, de la tradición costumbrista. Lo verde y lo marrón forman una paleta sombría que corresponde a la visión trágica del hombre. Esta misma visión se encuentra en el pensamiento del grupo de intelectuales del 98 con el que Zuloaga teje nexos de amistad.

Pinta, por lo tanto, una España dolorosa, poblada de gitanos y de vagabundos; no la España de los amaneceres y del ocio en la playa, sino las tierras de Castilla, su pueblo, sus personajes. También desarrolla interés por la tauromaquía. En ellos, destaca una paleta de colores oscuros, con pinceladas fuertes y pastosas. Uno de ellos es la Víspera de la Corrida, que mereció el Premio del Rey en la Exposición de Arte de Barcelona en 1898.

    Di si las siguientes afirmaciones son verdaderas o falsas*

  • 1. Francisco de Goya fue un pintor costumbrista

    VERDADERO FALSO        

  • 2. Las Majas de Goya produjeron muchos escándalos en aquella época

    VERDADERO FALSO        

  • 3. Francisco de Goya es anterior a Ignacio Zuloaga

    VERDADERO FALSO        

  • 4. Sorolla es  un gran paisajista y retratista

    VERDADERO FALSO        

  • 5. La vida y obra de Zuloaga se desvincula totalmente con la vida artística europea

    VERDADERO FALSO        

      


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    Dernière mise à jour : 05/05/2005